Las torres de Bolonia constituyen un monumental símbolo y una de las más características vistas del horizonte de la ciudad. Originalmente, estas imponentes estructuras tenían propósitos militares, siendo también residencia privada de familias nobles.
Entre los siglos XII y XIII, el número de torres presentes en Bolonia era grande. Las ruinas testifican que había hasta 100 torres, aunque hoy sólo 24 sobreviven. Se cree que en el tumultuoso periodo de la investidura pro-imperial contra aquellos pro-papales las familias más ricas usaron las torres como puestos defensivos y como símbolos de poder.
Las dos torres más famosas de Bolonia son la Asinelli y la Garisenda están estratégicamente situadas a la entrada de la ciudad. Estos impresionantes complejos arquitectónicos reciben sus nombres de las familias que contribuyeron a su construcción entre 1109 y 1119.