Encaramada sobre las colinas de la Costa Amalfitana, Ravello es un lugar encantador en el que se puede respirar un ambiente de paz y tranquilidad.
Su clima templado todo el año es ideal para explorar el centro histórico, que se caracteriza por la presencia de pintorescas callejuelas sin tráfico y las terrazas y pérgolas de sus elegantes jardines que te permiten disfrutar de las imponentes vistas del azul Mediterráneo.
Caminando por la ciudad vieja descubrirás las tradiciones de Ravello en las numerosas tiendas de artesanía, donde verás a los artesanos trabajar a mano la cerámica y otros materiales. Además, una visita absolutamente obligada es el Duomo y la Villa Rufolo, con su impresionante estructura parecida a la de un castillo.